Las fresas en Malta son nutritivas y se plantan por primera vez en octubre y continúan produciendo frutos hasta seis meses después: cuanto más cálido se vuelve el clima, más maduran, pero mejor es el sabor. Estos se cultivan principalmente en el pintoresco pueblo de Mgarr: no hay mejor lugar que los exuberantes campos verdes aquí. En el mes de enero, cuando el clima es estable, las fresas se recolectan una vez cada quince días. Una vez que el clima se vuelve más cálido, se recolectan con más frecuencia.

Los OMG, u organismos modificados genéticamente, están prohibidos para el uso local en el cultivo de alimentos, lo que los hace más comestibles. Esto también presenta más beneficios: las frutas son más frescas, el valor nutricional permanece intacto y no es necesario preocuparse por comer frutas que contengan sustancias químicas potencialmente tóxicas.

Los agricultores suelen recogerlos y empacarlos en preparación para un gran festival de un día que se lleva a cabo en abril y celebra estas frutas especiales.